(Foto de don Ramón)
Ramón, pintor y poeta
En cada color que canta
Quien pinta con la garganta
Y canta con la paleta
Halla una canción secreta
Que en lo hondo del alma empuja.
Silencio que nos embruja
Porque nuestro arte se entabla
Cuando la pintura habla
Y la palabra dibuja.
Me embruja tu melodía
De música silenciosa
Y la magia luminosa
Que enciende tu poesía.
Tu canto convierte en día
Montes de sombra y de fiera
Laberinto de madera
Que hace que “ El Mensú” llore
Para que no lo devore
La gran selva misionera.
Por cuantas viejas bajadas
Hoy cruzan los grandes sueños
De los amores pequeños
Que le duelen a Posadas
Viejas páginas ajadas
De un nocturno poema ciego.
Existe un antiguo juego
Que hace que el hombre se quiebre
El que desvela la fiebre
De aquellas siestas de fuego.
La zafra cazando al peón
Le quebró al invierno un gajo
Que gritó con el trabajo
Qué duro es el algodón.
Pueblo; Cantor sin canción.
Cantor; la voz del obrero.
En tu esperanza primero
Floreció la fruta blanca
Del algodón que le arranca
Las manos al “Cosechero”.
Pescador; Un aparejo
Tiembla esperando la suerte,
Le toma el pulso a la muerte
Que nada bajo ese espejo.
Que en su cementerio viejo
El río nunca te guarde
De muerte herida la tarde
Tira sus llamas al agua
Donde se apaga la fragua
Del horizonte que arde.
Si se apura mi imprudencia,
En lo maduro de tu alma
Encontraré un cause en calma
De profunda transparencia.
Abrevar en tu experiencia
Hará mi canto crecer.
Y tu agua al florecer
Su claridad me dará
Igual que un río que va
Cruzando mi amanecer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario