(Pinturas: Carlos Montefusco)
Con el cogote estirao
y tus patas corredoras
desafiando boleadoras
sobre los campos más llanos
provocan a los paisanos
tus gambetas burladoras.
Y cuando más provoqués
tu trance será más fiero,
porque tentao, el campero,
después de apretar la cincha
se va a acomodar la vincha
dejando a un lao el sombrero.
Pronto habrás de maldecir
de ser ave y no alzar vuelo,
y en tremendo desconsuelo
-aunque no se mueva un yuyo-
haz de sentir que atrás tuyo
te viene temblando el suelo.
Ahurita te quiero ver
si sos viento o huracán,
y entreverá con tu afán
la astucia en el encontrón,
porque te viene un ciclón
en un caballo alazán.
Patón viejo, acomodate,
que tu "jabón" no hace espuma,
y a un tirón errado se suma
otro justo a la medida,
pues si aquí salvás la vida
vas a pagar con la pluma.
No te dije...¡ya rodaste!...
y el hombre en la sujetada
después de una carcajada
desmonta en forma resuelta,
porque ni Dios, esta vuelta,
te salva la desplumada.
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