(Pintura: Marina Valenzuela "Coya")
No me'i di olvidar jamás
di aquella triste ocasión
que mi ha traído el capataz
p´entrevistarlo al patrón.
Sentaos en unos sillones
poco antis qu´el patrón dientre,
como unos ritorsijones
i sentío p'al lao del vientre.
Dispués se m'hecho una pausa,
y de nuevo otra intentona.
Me´i dicho, estu es por la causa
de comer fruta pintona.
Dentra el patrón muy cumplío
y con su mirada atenta,
como era un hombre alvertío,
de mi caso si ha dao cuenta.
¡Tomá la segunda puerta,
me dice y por áhi metete!
Y no la dejís abierta
porque esa es la del retrete.
Yo mi levantao al punto
pensando en mi arrebato:
¡Que raro que p'este asunto
tenga que haber un retrato!
Cuando juí a cumplir mis ritos
mi encontrao, pa mi desvelo,
unos ubjetos bajitos
atornillaos contra el suelo.
Mármoles toda blancura
con unos niquelaos encima.
¿Puede ser tanta alhajura
pa una cosa tan intima?
En un rollo a medio abrir
colgando con todo esmero
taba un papel p'escribir
pero no vide el tintero.
Y en medio de mi tristeza,
pues no estaba p´al jolgorio,
de juro, i´dicho esta pieza
debi ser el escritorio.
Miraba en los ventanales
preguntándome aflijío:
¿Nu habrán pu'áhi unos yuyarales
como esos del campo mio?
Pero aquella situación
no l'aguantaba más rato.
Pa colmo en ningún rincón
podía hallar el retrato.
Ya me desmayaba, cuando
áhi en una galería
i visto un cuadro colgando
con una fotografía.
Y güeno dispues tranquilo
mi güelto junto al patrón
y áhi pronto i tomao el hilo
di aquella conversación.
Derripente, Dios bendito
patente tengo esa vez,
cuando un semejante grito
nos asustao a los tres.
Era un grito alzao al techo
de la esposa que decía:
¡Mirá, Jorge, lo qui han hecho
con la foto de tu tía!...
(Casos del Coya Martín Bustamante)
jajaja Pooobre, lo que es criarse en la pobreza no? se desconoce todo el confort que significa vivir en una casa y no en el rancho como estaba acostumbrado tu personaje. UN abrazo.-
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