(Foto: payador Pablo Solo Díaz)
Pa'distrairme un cachito,
-forastero en el pueblo-
pedí anoche al fondero
que m'emprestara un chico
pa'sacar la boleta,
por ser la primera güelta
qu'iba'dentrar a un sirco.
Conforme mi acomodé,
ya prinsipió la jarana
y dende un brete, la banda
arrancó con una polca
y la gente como loca,
¡que salga el toni! - gritaba.
Obedesiendo al mandato,
se presentó al redondel
apareao de mamarracho;
con unos botines largos
y un traje como d'encargo
pa'destetar los muchachos.
Traiba un emparrao más duro
qu'el mesmo garrón de Cristo,
un geme, cuasi, de boca
y una narís relumbrosa
como talón di angelito.
His'unos cuantos saltos y gambetas
como bagual picao'e saguaipeses,
hasta qu'en una d'esas, los dos pieses
se pialó en una rienda
qui al toldo sujetaba una maroma,
y con el pecho castigó l'alfombra...
¡y había un torniyo mácua abajo d'eya!
Yo'staba serca d'él, y yo lo vide,
que con la surda apretujó el chaleco
qu'era, por suerte, de color de sangre...
y siguió con sus bromas y sus beiles
hasta qu'el pito, com'un ¡Dios te guarde!
le dió lisensia pa'ganarse adentro.
Y hoy, que pa'dirm'ha atravesao el pueblo,
con el ricuerdo del que tambaliando
empatiyó su pecho a juersa'e dedos
y mascó su dolor p'así distrairlo...
he notao que de mí también se han ráido,
¡claro! toni de vincha y de chambergo.
¡Quién vido el arrancón qu'está sangriando
retobao po'el peyejo?
Y po'eso como el toni, ¡también raigo!
y como él: ¡ja, ja, jay! ¡estoy contento!
¡a quién diantre l'importan mis heridas?
si en este sirco, que le yaman vida...
¡naide nos ve pó adentro!(Foto: "Circo Criollo", familia Videla)
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