(Pintura: Florencio Molina Campos)
Cada siete brazadas que corre el tiempo
se forma una presilla con el domingo,
pero son siete meses para Rosendo
que vive suspirando por un cariño.
Desde el lunes al jueves junta recuerdos;
de jueves a domingo vive esperando,
pero siempre parece que el tiempo es lerdo
y eso que su cariño lo va empujando!
El sábado a la noche recien resuella:
desensilla la espera de una semana,
y mirando, goloso, la "joto" de ella,
le dice desde el catre: "hasta mañana"...
Y ni bien quiere el día pintar la aurora
ya Rosendo impaciente tira los ponchos,
como no desvelarse, si "entre" unas horas
va a cobrarse la espera... ¡Mirá que zonzo!
Por eso tempranito se empilcha y monta.
Son diez leguas de huella pero no es nada,
para eso el doradillo mientras galopa
va cruzando las riendas cada escarceada.
Por fin llega al palenque de sus anhelos
y unos labios le brindan la bienvenida.
Que importa una semana con sus desvelos
si el domingo le endulza toda la vida!
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Cuando vuelve a la Estancia ya está aclarando,
pero esta vez el día despierta en lunes,
y Rosendo murmura, desensillando:
Siete días sin verte...¡Cirila Junes!
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