(Pintura: Castells Capurro)
Bajo un añoso ucalito,
en cuya sombra se ampara
tuza un tostao malacara
el "pampa" Juan Gorosito.
Lo acomoda despacito
sin hallar ningún tropiezo,
y pa mostrar, a más de eso,
sus maneras delicadas
lo acaricia en las quijadas
y en la tabla del pescuezo.
Parece que el pingo entiende,
y mientras paciente espera
una tapa de arpillera
de la mosca lo defiende.
En el hombre me sorprende
su suelta serenidad,
y en su gaucha actividad
igual que los muy paisanos
sabe emplear las dos manos
con la misma habilidad.
Mira el tuse con esmero...
y al darle su aprobación
se dá un resuello cortón
pa que no lo crean mañero.
Y al observar a un hornero
sobre su nido de barro
toma agua fresca de un jarro,
se afloja un poco el pañuelo,
y allí sentao en el suelo
pita despacio un cigarro.
Al poco rato, el tostao,
-como su estampa se presta-
quedó como pa una fiesta
completamente arreglao.
La cola le ha emparejao,
y las patas bien peladas
quedaron como afeitadas,
porque en esto, les repito,
que el "pampa" Juan Gorosito
tiene sus mentas ganadas.
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