Mi caballo

(Dibujo: Montero Lacasa)
Diba quemáo por la sé,
y pior quemáo por ideas;
diba como quien se va
pa cualquier parte que sea,
y por no dir a denguna
risulta que nunca llega...

Mi pobrecito caballo
diba con las riendas sueltas,
cuidándome a mi la vida
por el camino'e la sierra
que, de mientras uno pasa,
güelve su espalda de piedra,
como quien hace un disprecio
y a penas lugar nos deja
pa que uno pase rozándola
por no cáerse de la senda.

Diba cansáo mi caballo,
se le véia en las orejas;
tristón, de pescuezo largo,
chupao que me daba pena!...
Diba por aquel peligro,
obligao por mi imprudencia,
sufriendo se' de martirio
y, de juro, con la idea
de cuidarme a mi la vida...
como si tanto valiera!...

Por ahí, la senda se enancha,
hay un charquito en la piedra,-
como el güeco de las manos-,
formáo por una gotera,
de lejos, -animalito!-
olfateaba l'agua fresca,
y pa darme la noticia
con el hocico hacía señas;
con relinchos me avisaba;
ya se llega... ya se llega...

¡Pucha, si era su alegría
que... hasta me daba tristeza!...
.................................

...Le saco el freno, lo arrimo
y un temblor se me queda,
como juese un'agua mala
que envenena...
Le acerco l'agua en mis manos
y tampoco me la aceta;
con las vistas añubladas
me mira pa que comprienda,
y pa sacarme las dudas
dice: "no", con la cabeza...

Al primer buche que trago
me asiguro de que es güena;
y cuando güelvo a invitarlo,
sin saber porqué se niega,
veo a mi pingo -tan guapo!-
que las patas se me afluejan...
Se me desploma de golpe,
y antes que agarrarlo pueda,
se me va barranca abajo
por la orilla de la senda!...

De se' murió mi caballo!...
Si aquella agua era bien güena!
Lo que vido tan poquita
no tuvo alma pa beberla!...