domingo, 16 de enero de 2011

Aunque le paresca cuento (Relato)


Yo nací en suelo pampeano,
a la Pampa, por trabajo,
la'nduve, de arriba a'bajo
en invierno y en verano,
supe oficiar de "vaquiano"
en más de una cacería,
de hay que tengo la vaquía
de, conocer, que le conste,
"fachinal", médano, monte,
y toda su geografía...

En la estancia "El Pangaré",
lindante a "La Overa Guacha"
q'está saliendo de "Acha",
como quien va pa' "Quehue"
varios años trabajé
en ese establecimiento,
el tiempo con paso lento,
l'echa luz, a mi memoria,
y allí sucedió esta historia,
que ya nomás se las cuento...
Por orden del estanciero,
fui a rejuntar la majada
que encerré en una ensenada
donde aparté, cien corderos...
Los llevé hasta otro potrero,
trabajando sin cachaza,
y cuando la noche abraza
al campo, con cierta bruma,
me dentró en el lote un puma,
como "pancho por su casa".

El puma que abía bajau,
sigiloso y oportuno,
casi, no me deja ni uno,
de los cien que abía apartau...
Muy astuto, el condenau,
que tanto daño causara,
eso hizo que me enojara
y ante tal "carnicería"...
pa'mis adentros decía,
-ésta te va'costar cara-.
Y les solté a los demás...
palabras, q'el odio suma,
hasta que no encuentre al puma,
al puesto, no vuelvo más
y, así sin mirar atraz,
para el monte enderecé...
lógicamente, que alzé,
la cantimplora, un ponchillo...
el revólver, el cuchillo,
y un solo perro, "el Painé"...

Cuando la dicha, me alcanza,
de cortarle el rastro al "león"
sentí un enorme alegrón,
abrigando la esperanza
que semejante "matanza"
no fuera a quedar impune,
y en lo q'el suelo reúne
vi con la vista azorada...
q'eran aquellas pisadas
más "grandes" que las comunes...

El tiempo que lo "rastrié",
me dio su fruto, canejo...
-éste no debe estar lejos
en silencio, medité-,
de los ojos de "Painé"
se desprendió un chisperío,
pero, yo le aplaqué el brío,
porq'es de esos perros leales,
si no lo "chumbo" no sale
ni a la rastra de al lau mío.

Y en "cuantito" el "fachinal"
entreabrió, su entraña obscura,
y se "ralió" la espesura
por mandato natural...
pude verlo, al animal
sobre de un "caldén" caído,
bien a lo largo tendido,
el sol, cayéndole a pleno...
de puro agotau y lleno,
completamente dormido...

A juzgar por su figura
por lo cabezudo y gruezo,
por el tamaño y el peso
no era normal su estructura...
como quien no le da usura
al ansia que se despertara
la distancia calculé...
y entré a chumbarle a Painé,
para que me lo empacara...

¡Qué salto pegó el salvaje!
y se encrespó como un cerro
cuando vio venir al perro
entre el ruido del ramaje,
y sin que nada me ataje
me le fui al humo ahí nomás,
y al ver bien al montaraz
me resultó impresionante...
bien fornido de adelante,
y medio achatau de atraz.

Sobre su cuero "gateau"...
le resaltaban algunas,
manchas redondas "lobunas"
que le vide a cada lau...
"Painé" estaba reatorau
porque no tenía respiro,
"zafó" con un par de giros
y antes de que me lo "aprese"...
le gatillé cinco veces,
y no me salió ni un tiro.

Como luz "pelé" el cuchillo
el perro le atajó el paso,
pero recibió un zarpaso
que lo tiró echo un ovillo...
su mirada cobró un brillo
sanguinario y asesino,
yo pensaba q'el felino
libre del perro huiría...
¡qué gran error, virgen mía!,
con qué angurria se me vino.

Yo agazapau lo esperaba,
el poncho arrollau al brazo
que de aguantarle zarpasos
echo jirones quedaba...`
él "gruñía" yo "putiaba",
los dos con mala intención,
como contraposición
se me venía echo un ovillo,
y mostraba los colmillos...
yo le enseñaba el facón.

Al facón lo respetaba
y yo pensé que aquel pillo,
ya habría probau el cuchillo
en otra trenzada brava,
cada vez más me "apuraba"
y yo a bajarlo me aferro...
de punta le mandé el "fierro"
hasta q'al fin lo prendí,
una, le encajé por mí,
y como diez por el perro...

Y en cuanto cayó vencido
por Dios que me persigné
y me fui a ver a "Painé"
que exaló un débil quejido,
estaba muy mal herido
por bravo, leal y corsario,
-lo que te hizo el sanguinario
yo te lo voy a curar-,
aunque tenga que estudiar...
pa'doctor veterinario.

Descansé un rato y me alzé
con el cuero de la fiera,
que posiblemente era,
"cruzau" con yaguareté,
despacio al perro cargué
q'en verdad estaba echo escombro
llegué al "puesto" ante el asombro
con un cansancio machazo,
el perro herido en los brazos,
y el cuero del puma al hombro...

Y ésta es la historia total...
que los mantuvo en suspenzo,
si todo tiene comienzo,
también tiene su final...
si cree q'es o no real
eso depende de usted,
fue en la estancia "El Pangaré"
lindante a "La Overa Guacha"
que está saliendo de "Acha"...
como quien va pa'"Quehue"...

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