¡"Ta qué triste ser toro y estar cáido!
mirá muchacho el caranchal que baja,
pa vaciar las vertientes de bravura
del que jué empaque, corazón y estampa.
Su sino era topar; dar en la vida
contra las juerzas de su mesma laya,
y áhi lo tenés... peliando una agonía
contra el cerco de picos y de garras.
¿Que ansí no debía ser?
Talvez, muchacho...
pero la vida, al que lo agarra en mala
no lo voltea de golpe, 'tando juerte;
es remaliao y cáido que lo acaba.
Pal macho del quebracho en el derrumbe
es el último hachazo de la yapa;
y p'al toro de ley, l'armada negra
del caranchal que pa cegarlo, baja.
Sé que sos compañero de los libros
y por eso te he tráido hasta esta página.
No estudiés pa carancho, mi muchacho,
y si esa profesión te me tentara,
mejor darte por muerto que por hijo.
¡Un criollo... nunca despenó en las malas!
............................................
¡Tá qué triste ser toro y estar cáido!...
¡Tá qué lindo quedás con esa lágrima!
No hay comentarios:
Publicar un comentario