Yo me salvé de la muerte
cuando tuve sarampión
y por culpa de esta suerte
toda la vida juí pión.
Siempre, pa'l pobre, la suerte
trai la disgracia escondida.
¡Si me salvé de la muerte,
no me escapé de la vida!
Y vos, cuando te caparon
casi morís de la herida.
Pero... como te sanaron...
juiste güey toda la vida.
Y ya se sabe el final
de un güey y un pión carrero.
Yo, a morir a un hospital
y el güey viejo... al matadero.
Morir en un hospital
pa un pobre pión no es pavada.
¡Ni lujo me voy a dar
muriendo en cama y almohada!
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