lunes, 10 de mayo de 2010

El canto gaucho


Canta el jilguero entre flores,
mientras construye su nido,
y entre el ramaje escondido
canta el zorzal sus amores.

La alondra canta, en el cielo,
de la tierra indiferente,
y canta, aunque tristemente,
el gaucho en su propio suelo.

Canta y recuerda los días
en que era rey del desierto,
y en que todo el campo abierto
presenció sus correrías.
Recuerda sus cacerías
de gamas y de avestruces;
recuerda a Fierros y a Cruces
y a pasadas alegrías.

Ahora, la guitarra gime
en las manos del paisano;
¡cuando la pule la mano
triste será lo que rime!
Sello de tristeza imprime
hoy el gaucho a su canción,
¡porque el campo de su acción
espeso alambrado oprime!

A sus ranchos con alero
y de construcción de paja,
los ha dado ya de baja
el invasor extranjero,
el cual, por el vil dinero,
adquirió dominios vastos,
para negarle hoy los pastos
que come su parejero.

Solamente al recordar
días de grata memoria,
en que a la argentina historia
gloria y paz le supo dar,
tiene alivio su desmayo,
porque sabe que su muerte
nunca hará olvidar que fuerte
sostén fue del sol de Mayo.

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