La conoció pa una fiesta
en la esquina: "La Totora",
bailaron hasta la hora
que se tuvo que ir la orquesta.
La cosa quedó resuelta
y a visitarla iba a dir,
por eso se ve venir
en el tordillo escarciando
y ella que lo está esperando
ya lo sale a recibir.
Y así, después de pasar,
hecha un vistazo al palenque;
hace un ñudo en el rebenque
y lo dentra a desatar.
Ya comienza a castigar
la bota con la sotera,
y se va la tarde entera:
palabra va, mate viene;
y el sol que no se detiene
resvala por la ladera.
La vieja se va a juntar
los huevos al gallinero,
y el viejo a atar los ternero
de las vacas de ordeñar
y él sin hacerse esperar,
viendo que el tiempo es escaso
va desenrrollando el lazo
y ahí cerca nomás el criollo
le tira con todo el rollo
pa pialar un sí ¡machazo!.
Los cachetes colorean
como tomates maduros,
y dos corazones puros
¡como locos beyaquean!
Las miradas se cambean
y ni cuenta se están dando,
que la pava está cantando
y hasta la tapa salpica
con ruido de perdiz chica
cuando se aleja volando.
Cuando la noche se viene
hace mención de marchar...
Con un: "¡Quédese a cenar,
total, ¿qué apuro tiene?",
risulta que lo entretienen
y en el lomo del tordillo,
la lana del cojinillo
con el rocío se moja;
mientras que hace las coscoja
contrapunto con un grillo.
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