Qué pensará la calandria,
cuando me ve merodeando
en un silbido apagau
la pretensión de algún canto...
Pensará que de envidioso,
tal vez la estoy imitando,
o a lo mejor de contento
le echo vientito a mis labios
O tal vez piense que yo
soy otro bicho del campo
que se le da por silbar
ni bien aparece el ruano.
Lo que la moza no sabe
es que a veces chiflo un llanto
como un fénix de dolor
que no se quema llorando
y aunque le avive la braza
con algún olvido extraño,
su pico se hace chamuzca
pero le sigue picando.
Y en un nido de nostalgia
que tejí desde hace rato
voy empollando una pena,
que nunca saldrá volando,
por tener las alas cortas
pero el cansancio muy largo...
Se conforma con mirar
el volido de otros pájaros,
por eso aquella calandria
que siempre me ve silbando,
piense que yo de envidioso
tal vez la estoy imitando.
Ella canta de allá arriba,
entre eucalipto y álamos,
como poderla imitar
si yo lloro desde abajo;
como poderle decir
que apenitas soy un gaucho
que tiene las alas cortas
y amás` muy largo el cansancio...
Qué pensará la calandria,
cuando me ve merodeando
en un silbido apagau
la pretensión de algún canto.
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