miércoles, 11 de noviembre de 2009

Huellas


¡Cuánta ausencia que ronda por mis noches,
y ésta pena que agrisa la distancia!...
Sólo tengo de amante compañera
la infinita ternura de sus cartas
y estos versos que fluyen con tristeza
empañando la voz en mi guitarra.

¡Cómo envidio a las aves que atraviesan
los mares, los esteros, las montañas!...
Partir en la agonía silenciosa
sentir que la ilusión pliega sus alas;
eso es la soledad, invierno adusto
que asesina las rosas en el alma.

Quién pudiera volver para quedarse
a vivir o a morir pero en la rama!,
del árbol que plantó nuestra ternura
y a nuestra propia sangre dió su sabia,
¡No hay más grande caudal sobre la tierra
que un corazón que sufre porque ama! (Daniel Reguera)
.......................................

Me voy muriendo de a poco
como un fogón en la pampa,
las penas me abrieron huellas
que nunca pude cerrarlas.

Algunas lluvias vinieron
como queriendo borrarlas,
pero la herida de adentro
quedó siempre como estaba.

Me moriré sin que sepa
que fue la dueña de mi alma,
nunca me dieron un beso
como los que ella me daba.

¡Que me perdone la vida
si canto cosas amargas!

No hay comentarios:

Publicar un comentario