"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
lunes, 4 de mayo de 2009
Gurisa
Que como "jue" eso, que siendo ya viejo,
y cuasi hocicando p’al campo sagrao;
dijunteara a un hombre en mi rancho mesmo;
y, ¿tranquilamente, me haya presentao?
Ustedes no saben. En mi rancho criollo,
como una reliquia guardaba una flor.
Última pitada que ya cuasi añoso
este viejo gaucho le encajó al amor.
Mi linda gurisa, era mi alegria;
por ella vivía, por ella luché.
Por ella mil veces he pasao por maula;
pa’que no llorara, mil rabias tragué.
Pero ayer de tarde se murió en mis brazos,
haciendo pedazos a mi corazón.
Perdóneme Tata, he dado un mal paso;
me dijo en un beso que me enloqueció.
Sabiendo quien era, jui en busca del maula;
un gaucho orejano ‘n’el pago mentao.
A lonjazos limpios lo traje a las casas;
frente a mí gurisa mi honor he vengao.
Aura qué me importa lo que ustedes piensen;
si pa’mí en la vida tuito s’acabó.
No anden con chiquitas, que sea la condena,
si fuera posible; a muerte, señor.
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