"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
martes, 3 de marzo de 2009
Viajando en un gran vapor
En un gran puerto señor
fue donde el susto empezó
cuando en el agua se vio
un gran pescau a motor
mirando a mi alrededor
los ojos se me salían
derecho se me venía
pa' tracar bien a la oriya
de susto hasta una cosquiya
entre la panza sentía.
Dijeron hay que subir
primero me persigné
mi alma a Dios encomendé
y por fin me decidí
al tranco largo salí
dandomelas de pesau
pa' entonces había observau
que una piola lo amarraba
por mis adentros pensaba
por manso te habrán maniau.
Pensé de cualquier manera
hoy no tengo salvación
es mi patria en la ocasión
que me yama a la frontera
requintando la visera
mi frente limpia lucí
al tranco chueco seguí
sin contemplar más pa'atrás
si a los gringos no bajas
de ande me bajas a mí.
Entre suspiros de viejas
y yanto de las muchachas
pa'arrancar medio se agacha
y de la costa se aleja
no sé de ande lo maneja
pero pal medio rumbiaba
de un aujero yo lo espiaba
gritándole "hasta la güelta"
mientras que ya mi usamenta
pal costau se zarandiaba.
Como a las dos horas de viaje
cuando yo iba tranquilito
aquel animal maldito
me dentro a tener de raje
se mandaba unos virajes
que quedaba atravezau
yo diba como trenzau
a unos fierros que tenía
y el loco que sacudía
igual que cusco mojau.
Pensaba pa' mis adentros
si este se yega a encajar
de ande lo vamo a sacar
semejante monumento
sentía por momentos
el de la izquierda paraba
las patitas se me arquiaban
se me movía hasta el piso
hasta sentí de improviso
la ropa interior mojada.
Fue pa' mi como un tesoro
cuando dijo un compañero
mirá si no es el lucero
es la luz de Comodoro
pegué un grito bien sonoro
impulsau por mi alegría
después cuando aclaró el día
vi las torres petrolíferas
entonces si era una fija
que este gaucho viviría.
Se detuvo el armazón
y bufaba como un toro
yo me bajé en Comodoro
dándomelas de Colón
pero de aqueya ocasión
pal agua no valgo nada
y hoy a mi lengua anudada
la verdad sola desata
no me lavé las patas
de miedo a la correntada.
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