"...guacho y gaucho me parecían lo mismo, porque entendía que ambas cosas significaban ser hijo de Dios, del campo y de uno mismo". (Don Segundo Sombra)
miércoles, 16 de julio de 2008
Modestia aparte…
Como vanguardi’aguerrida
traigo mi poco saber,
aprendido al recorrer
los caminos de la vida.
De humilde cuna, mecida
bajo techo de humildá,
que aguantó la tempestá,
los años y la pobreza,
traigo: valor, entereza,
y amor a la libertá.
Y soy, de poncho y espuela
sobre cualquier redomón,
uno más de mi nación
con la vida por escuela,
el que a versos y vigüela
con nudos y disonancias
en poblados o en estancias
se cortó solo, a lo entero,
con modestia o altanero
asegún las circunstancias.
Cuando encuentro un reserváo
d’esos que ninguno ensilla,
es, pa’mi, cosa sencilla
dejarlo, a espuela, charquito.
Cuando topo un mal habláo
con fama de aguantador,
le hablo a solas “con amor”
qu’es bueno pa’dominar,
y, si no quiere aflojar,
lo sé llamar al rigor.
En rueda’e “monte”, prefiero
apuntar a la menor,
y si salgo ganador
rescato cuando yo quiero.
En la taba soy certero
y muy cebao a ganar,
durísimo de aguantar
cuando el güeso es de mi gusto.
De ver plata, no me asusto,
cuando me afirmo a “clavar”.
Jamás, con mi moro, arrollo
si d’entro en una carrera;
con “rastras” no armo cuadrera
porque teng’orgullo criollo.
Salir “de abajo” es un “bollo”,
cuando quiero corto luz,
“fiador”, “pescuezo”, “testuz”
los saco justo, pues no!
siempre que lo corra yo,
que me hago un ñudo en la cruz.
Y pialando a medio lazo
en un rodeo parao
soy seguro pa’l “volcáo”
y pa’l “revés” segurazo!
En elogios a mi brazo
se ha gastáo gente campera,
pues pa’guampiar campo ajuera
soy cosa que “ni d’encargo”,
aunque tengo un lazo largo
como legua brasilera.
En ruedas de pericón,
como en versos, no me achico;
echo, apenas abro el pico,
pa’mi láo un corazón.
La endulzo a conversación
porque mi labia no es poca,
y si una “taura” me toca,
d’esas que andan coqueteando,
me l’arrincono bailando
hasta que “le copo en boca”.
En amores, nunca dejo
que naides me pida cuenta;
que los “quince a los cuarenta”
me dio por remedio un viejo.
Voy ‘end’entonces parejo
sin faltar a mis deberes,
pues en cuestión de quereres,
da más la fama qu’el oro…
He dejáo “lunanco” el moro
de tanto cargar mujeres!
A todo el mundo respeto,
dende chico he respetáo,
pero cuando estoy mamáo
mejor que me dejen quieto.
Ande me apretan, aprieto,
y soy duro p’apretar.
Van a tener que aguantar,
y es maña vieja que tengo:
a malas ni voy ni vengo
ni me dejo “coroniar”.
Que se abra cancha el caudillo
con las púas como gallo
y los baguales con callo
Del bocáo sobr’el colmillo…
Le saco el cuerpo al cuchillo,
tranquilo paro el “hachazo”,
a las mujeres… a abrazos
–hijo de bárbara escuela-
a los baguales… a espuela,
y a los malos… a ponchazos!
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