Me largué pa' saludarla,
a ñá Florinda Raquel.
Una viejaza tan fiel
que bien merece nombrarla.
A más, vale ponderarla
y no a modo de remate,
antes que yo me desate
a hacerle un buen homenaje;
a quien me enseñó el lenguaje
con el idioma del mate.
Dijo que es cosa genuina
que el llamado "cimarrón"
tanto lució en el fogón,
como lució en la cocina;
y que la china argentina
lo tuvo pa'su combate
y ansí esta expresión le late
con divino resplandor
y habló en secreto de amor
ayudada por el mate.
Cualquier moza irá diciendo
con un mate muy caliente...
de que segura presiente
que ya se está derrientiendo.
Cualquier gauchito sonriendo
a esta costumbre se ata.
Mate muy dulce desata
a una prienda decidida,
diciéndole que "enseguida
tenés que hablar con el tata"!.
Mate dulce es amistád
y con leche estimación,
con café se da un perdón
con toda sinceridad.
Cuando hay cordialidád
es con azucar quemada,
espumoso que es su amada
y con naranja el lenguaje
dice que "tome coraje
y se la lleve robada".
Amargo es indiferencia
o quitate la ilusión,
llegás tarde a mi rincón,
molestás con tu presencia.
Ansí poniendo su cencia
obraba con desagrado,
al dar un mate lavado
la moza quería decir:
que se va a tener que ir
a tomar mate a otro lado.
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