miércoles, 25 de abril de 2018

La guitarra

(Foto: Alex Waterhouse-Hayward)




He mirado la Pampa
desde el traspatio de una casa de Buenos Aires.

Cuando entré no la vi.

Estaba acurrucada
en lo profundo de una brusca guitarra.

Sólo se desmelenó
al entreverar la diestra las cuerdas.

No sé lo que azuzaban;
a lo mejor fue un aire del Norte
pero yo vi la Pampa.

Vi muchas brazadas de cielo
sobre un manojito de pasto.

Vi una loma que arrinconan
quietas distancias
mientras leguas y leguas
caen desde lo alto.

Vi el campo donde cabe
Dios sin haber de inclinarse,
vi el único lugar de la tierra
donde puede caminar Dios a sus anchas.

Vi la Pampa cansada
que antes horrorizaban los malones
y hoy apaciguan en quietud maciza las parvas.

De un tirón vi todo eso
mientras se desesperaban las cuerdas
en un compás tan zarandeado como éste.

(La vi también a ella,
cuyo recuerdo aguarda en toda música).

Hasta que en brusco cataclismo
se apagó la guitarra apasionada
y me cercó el silencio
y hurañamente tornó el vivir a estancarse.





Mirta Alvarez interpreta una milonga de su autoría: "Huellas de Luz" que acompaña la lectura del poema de Jorge Luis Borges.

Me gusta

(Pintura: Aldo Chiappe)



Me gusta en las madrugadas
Serenas y misteriosas
Mirar con la manta rosa
Que se emponcha la alborada,
Escuchar la clarinada
Del cencerro que allá lejos
Alerta mis azulejos
Y ese monótono ruido
Como si fuera un quejido
Que larga el molino viejo.

Me gusta ver al tranquito,
Cuando pinta el horizonte,
Sombras a trasluz del monte
De colores infinitos.
Sentir… cuando necesito
El silencio campo afuera
Y en una noche cualquiera
Por temple y en la guitarra
Tocar las notas bizarra
De un estilo a mi manera.

Me gusta cuando la tarde
Viste un traje de misterios
Bajo silvestres sahumerios
Antes de que el sol se guarde;
Ver en un sencillo encuadre
Una tropilla entablada,
Con la madrina trabada
Mientras corta el domador
Un arisco flor y flor
De penacho y boca atada.

Me gusta con la tormenta
Que retoza la yeguada,
Porque en cada atropellada
Es un malón del setenta,
Ver la senda polvorienta
De los reseros de antaño
Y a veces parece extraño
Porque encuentra el alma mía
Belleza, luz y poesía
Donde otros ven campo huraño…

martes, 24 de abril de 2018

La pobreza

(Dibujo: Martín Malharro)



Yo he vivido a la par de la pobreza
sin embargo le estoy agradecido
porque no es la ilusión ni la esperanza
pa’l que todo le sobra porque es rico...

Estando sucio’e tierra solamente
con la conciencia limpia y con trabajo,
se puede ser muy rico simplemente
con un vaso de vino y un churrasco.

Yo no quiero un palacio con alfombras
-En su alero no cantan las calandrias-,
y en mi rancho quinchao de piso’e tierra
es más lindo escuchar una guitarra...

No le siente el sabor al vino en copa
quien no ha bebido el agua del arroyo
ni valora el fogón aquel que nunca
sintió el frío ganarse bajo el poncho.

Yo nunca renegué de mi pobreza
y siempre puse flores entre abrojos,
es muy lindo ganar cuando es difícil
y es muy triste perder…Teniendo todo.

Que duerman en la historia (Valseao)

(Pintura: Michael Godfrey)



El sol muere en el monte
con resplandor de sombra,
un brillo está en el aire
de lento atardecer
la brisa adormecida
despierta en una alondra
y un eco del pasado
parece descender.

Debajo de mi alero
junto a la vieja tina,
el viejo jazminero
se ve reverdecer,
el loro convencido
se trepa a la glicina
y todo me parece
volverse del ayer.

Allá en el horizonte
con notas de canciones,
quedó la serenata
dormida en un balcón,
¡que vuelvan payadores,
guitarras y malvones,
con versos andariegos
de dulce inspiración.
Cantemos despertando
las rejas, los balcones,
las flores y los sueños
del mozo trovador;
que ranchos y casonas
de todos los rincones,
se olviden los caudillos
pensando en el amor.

Que vuelvan las leyendas
en ruedas de fogones,
los cuentos del abuelo
con tono angelical,
mientras que en los rescoldos
en noches de pociones,
con chispas de recuerdos
comience a reanimar.

Que duerman en la historia
los bravos montoneros,
divisas de colores
y el gaucho desertor;
que avance nuestra patria
por un camino lleno
de lírica romanza
que el pueblo no olvidó.

lunes, 23 de abril de 2018

Mi canto



Yo nunca he cantao florido
aunque me gusta cantar,
y no se hacerme rogar
cuando me hacen un pedido;
pero queden alvertidos
que humilde, como me ven,
mi canto encierra también
aunque en senciyo lenguaje:
La rebeldía y el coraje
que’l crioyo heredó al nacer...

Mi canto no es de salón;
mi canto es pampa y güeya;
nació, cara a las estrellas
y al llamariar de un fogón.
Mi canto está hecho pa’l pión,
pa’l puestero, pa’l mensual,
pa’ la maestra rural
que cumple un apostolao
y pa’l pobre hombre que a’rao
pa’ que otro venga a cobrar...

Mi canto nunca ha servido
de alfombra pa’ los caudiyos;
mi canto será sencillo
pero jamás lo he vendido.
Si alguno lo ha pretendido
le he contestao hiriente:
“-Jamás el hombre valiente
se vende o canta en voz baja,
y dando yo la baraja
no miró al que tengo enfrente!!”.

Mi canto es grito del pampa
peliando a lanzaso y bola;
mi divisa es una sola
¡La gloriosa Azul y Blanca!
Mentiras he visto tantas
en nombre del patriotismo,
he visto tanto cinismo
pa’ engañar al puebleraje,
que mi canto es voz salvaje
combatiendo al servilismo...

Mi canto no es dotorao,
son los trinos de un surero,
pero vea…Compañero,
tampoco es charla ‘e mamao.
No es de pájaro enjaulao
que’l cautiverio soporta;
Si lo persiguen… ¡Que importa!!
no han de acayar su razón
¡Porque no es tira ‘e calzón
que al primer tirón se corta!!.

Yo canto porque me gusta
no canto pa’ que me paguen,
no canto pa’ que me alaben
y al cantar nada me asusta...
Y cuando la ley mas justa
me tropée pa’l campo santo,
no quiero escenas ni llantos
que si yo canté lo cierto:
Mi cuerpo podrá estar muerto…
¡Pero ha de Vivir mi Canto!!!.

Carrero


Le hiciste un tajo a la pampa
cuando las llantas cortaron
y así las huellas quedaron
profundas pero sin trampa...
Y del carrero la estampa
me trae grato recuerdo
hay uno que no lo pierdo
siempre en las rienda afirmau
y cerca d’él, un trenzau
por si hay que apurar un lerdo.

Son las manos femeninas
que dan vida a la escultura
y ahí se agranda la figura
de la mujer Argentina...
Ha de saber el que opina
que el carrero no fue un mito
al tranco o al trotecito
afirmau en el pescante
recordando un tango de antes
se fue silbando bajito.

Pienso que fuiste y serás
un soldau en el camino
que en este pueblo Argentino
peleaste como el que más.
Y si pecaste de audaz
fue porque sobró coraje
y aunque hoy el tiempo te ataje
mientras que alumbre una estrella,
habrá un carrero en la huella
¡Como señal de homenaje!!!.

viernes, 20 de abril de 2018

Mate criollo, calabaza


Mate criollo, calabaza,
bombilla corta, curvada,
brilloso por manoseadas
cuando mano en mano pasa;
símbolo sos de mi raza
por gauchón y compañero
en días largos de enero,
con vientos o con heladas
junto a la crota tiznada
te encuentro en mi brasero.

Cuando anduve ordeñando
fuiste en aquella ocasión,
testigo del madrugón
que los dos fuimos pegando
y cuando estuve hachando
en el toldo como encargo,
mateando por ratos largos
de mis sueños te contaba
y a la lucha te llevaba
compañero, mate amargo.

De muy chico, hasta ahora,
siempre he vivido mateando
y donde voy, voy llevando
mi convicción mateadora
pa' matear a cualquier hora,
cualquier excusa es perfecta
y aunque no es la correcta
pa'dormir pancita llena,
más de una noche de cena:
mate amargo con galleta.

Por eso mate querido
compañero de las horas
en que mi voz payadora
deja mis versos sentidos,
testigo siempre ha sido
de mis penas y alegrías,
mate que sos compañía
por la simple convicción
de ser pura tradición
de la criolla patria mía.

Mi gato montés (Gato)


(Foto: Gato montés - Leopardus Geoffroyi) *




Por su pelo y por sus mañas
muy bien conocido es (bis)
y será porque rasguña,
le llaman gato montés (bis).

Arrimado a las cenizas
del fogón lo suelo hallar,
y se la pasa jugando
con mi guitarra nomás.

Con seis cuerdas hice un lazo
y a éste gato yo pialé (bis)
por los montes de mi pago
el día que lo encontré (bis).

Desde entonces el montero,
prisionero se quedó,
en la caja'e mi guitarra
donde lo he escondido yo.



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* El gato montés (Leopardus geoffroyi):

Conocido en Argentina como Gato de Geoffroy. "El más Argentino de los gatos". Rango geográfico:  centro de Bolivia, Paraguay y sur de Brasil hasta el estrecho de Magallanes. En Argentina está en todas las provincias excepto en Misiones y Tierra del Fuego. Ocupa una gran variedad de ambientes. Desde los bosques y matorrales deciduos del Gran Chaco hasta la estepa semiárida de la Patagonia, pasando por humedales, selvas en galería, pastizales y arbustales.

Ha sido muy útil en la conservación de árboles como el sauce y el álamo, gracias a la orina de este gato. Debido a que, suele funcionar como pesticida natural, ayudando a mantener el equilibrio del ecosistema.
En este sentido, la orina de este animal, no sólo sirve para eliminar las plagas de insectos, sino que además ahuyenta a otros animales como ratones, ciervos y conejos que causan daños en las plantas.
Suele ser perseguido por los campesinos que se sienten amenazados, porque el Montés ataca sus gallinas.


"Truco" (Gato)


Un gato y una gata
se desafiaron (bis)
para jugar al truco
sobre el tejado (bis).

Pensando que muy fácil
le ganaría,
el gato los bigotes
se relamía.

El gato dijo envido,
jugó su carta (bis)
y la gata enseguida
le echó la falta (bis).

Al rato suspendieron
esta partida,
porque él se daba cuenta
que ella mentía.



viernes, 6 de abril de 2018

El bordao de mi pañuelo


(Pintura: Rodolfo Ramos)


Tengo entre el lujo sencillo
de mi ropaje campero,
una prienda que prefiero
y que defiendo a cuchillo;
cuando mi caballo ensillo
pa'salir a dominguear,
con su blancura sin par,
sobre mi cuello anudao
va mi pañuelo bordao
como queriendo aletear.

La pacencia y el amor
de una moza que es mi sueño,
con gran ternura y empeño
le ha trabajao un primor
y es más tibio su calor
si al marcharme galopando
mi pañuelo va flotando
sobre mi poncho paisano
y se me hace que es su mano
que estuviera saludando.

Hay misterios de su ser
en la trama entrelazada,
lo negro de su mirada
y el rojo de su querer;
su perfume de mujer,
lo profundo de su celos,
el ondular de su pelo
y hasta un sentir amoroso,
por eso luzco orgulloso
el bordao de mi pañuelo.

Vascos


Vasco porfiado... SI, SI!
Vistiendo una boina vieja
como un alero terciado
sobre su noble cabeza.

Que trae la verdad desnuda
del fondo de su conciencia
como tallada en granito
para que el mundo la lea.

Aunque basta un ademán
para decir donde quiera
que una palabra en Guernica,
vale por una sentencia.

Palabra corta y aguda
como una punta de flecha
señalizando el camino
poblador de su carreta.

Si Dios le dio mano grande
fue por la leche que ordeña,
la piedra dura que arranca
y el tambor donde volea
la vertical de su estilo,
el hombre libre que lleva.

¡Vasco abuelo!, te heredé
la misión de dar la vuelta
bajo el frondoso nogal
para besar a mi abuela
y así viajar con los dos
por el canal de mis venas.

Sobre la barca de roble,
la que te trajo hasta América,
y aquí rumbiaste a los pastos
blancos de Barriga Negra,
Cerro Pelado y Los Tapes
a tender tu palomera.

Quien quiera saber de vascos
que pregunte en Lavalleja:
los vascos como los talas
nacen siempre entre las piedras.

Lo encontrarás por la historia
sirviendo a la patria vieja:
sumido entre los guadales,
mayoral de diligencias,
capataz de tropa alzada,
de culero en cada yerra,
de frontón en los frontones,
de cintero en las cuadreras,
de pulpero en la campaña,
de herrero estirando rejas...

Bruto, bruto como una trompada
pero por dentro: una iglesia.
Pescador de siglo viejo
con aromas de paellas.

¡Qué lindo venir de lejos
por el canal de sus venas
y santiguarse en la cruz
bendita de su bandera!

Y aunque ya no cruce el mundo
picaneando una carreta;
ha de llevar con orgullo,
como solo un vasco lleva:
la boina de sus abuelos
y el SI, SI... de su leyenda.