viernes, 1 de mayo de 2015

A la luz de un candil (Tango canción)



¿Me da su permiso, señor comisario?
Disculpe si vengo tan mal entrazao,
yo soy forastero y he caido al Rosario,
trayendo a los tientos un güen entripao.
Quizás usted piense que soy un cuatrero,
yo soy gaucho honrado a carta cabal,
no soy ni borracho ni soy pendenciero;
¡Señor comisario... yo soy criminal!...
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¡Arrésteme, sargento,
y póngame cadenas!...
¡Si soy un delincuente,
que me perdone Dios!
-
Yo he sido un criollo güeno,
me llamo Alberto Arenas.
¡Señor... me traicionaban,
y los maté a los dos!
Mi china fue perjura,
mi amigo era un sotreta;
mientras yo fui a otro pago
me basureó la infiel.
Las pruebas de la infamia
las traigo en la maleta:
¡las trenzas de mi china
y el corazón de él!
-
¡ No apriete, sargento, que no me retobo!...
Yo quiero que sepa la verdad de a mil...
La noche era escura como boca e' lobo;
Testigo, solito, la luz de un candil.
Dispués..., cuasi nada: un beso en la sombra...
Dos cuerpos cayeron, y una maldición;
y allí, comisario, si usted no se asombra,
yo encontré dos vainas para mi facón.
-
¡Arrésteme, sargento,
y póngame cadenas!...
¡Si soy un delincuente,
que me perdone Dios!




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