lunes, 15 de diciembre de 2014

A la gloriosa Academia





¡Cómo se nos va la vida!
pero le agradezco a ella,
el permitirme cruzar...
la raya de los cincuenta,
hoy, evocaré mi infancia,
infancia y adolescencia,
evocaré los recreos
de mi recordada escuela
a la que iba contento
pues, llevaba en la "cartera"
una pelota de trapo,
forrada con una media...


¡Qué "picados" nos hacíamos,
en aquél patio de tierra,
y, después -siempre lo mismo-,
se producía alguna gresca,
nos separaba el portero,
intervenía la maestra,
nos quitaban la pelota...
quedamos en penitencia,
y el castigo, una semana
sin contienda futbolera...


-desde ese tiempo niño-,
empecé a amar "La Academia".

 

El glorioso Racing Club...
el guapo de Avellaneda,
el primer campeón del mundo
que tuvo la patria nuestra,
con el gol del "Chango" Cárdenas...
que nos dio la gloria inmensa.

 
Cómo olvidar a los héroes
de aquella lejana época...
Maschio...Dellacha... Pizzutti...
Corbata, con su gambeta,
el gran Rogelio Dominguez
le puso al arco: "barreras",
el que después, con el tiempo,
lo ocupara Agustín Cejas,
Perfumo con Manfredini...
nombres para la leyenda...

 


Y de toda aquella gloria,
me pregunto: ¿qué nos queda?
y me contesta el silencio,
y me responde la prensa...
-la Academia está embargada-
-que Racing presentó quiebra-
que por sus malos manejos
tiene una abultada deuda
según lo que diga el juez...
este domingo no juega,
que nos quitan el estadio,
que la síndico no encuentra,
las soluciones factibles...
para que siga en carrera.


Se dice qu'el presidente
ayudará a la Academia,
los hinchas ruegan que aporten...
Mirtha Legran... Porcel... Neustad,
pero, estamos muy solos...
acá ninguno se acerca,
le llenamos el estadio,
rogamos... prendemos velas,
y porqué pagar las culpas
de actitudes fraudulentas...
La AFA como entidad madre,
debe marcar más de cerca
el manejo de los clubes
y eleminar sinvergüenzas...


¡Pobre mi Racing querido!
ojalá encuentre la güella
que lo saque del pantano,
lamentable que se encuentra,
en este país el fútbol...
se nos metió hasta la médula
y el domingo no es domingo,
si es que Racing Club no juega,
la televisión enfoca,
las caras largas y serias,
de varias generaciones
que sufren por la Academia...
y todavía nos cargan,
porque ya son más de treinta,
los años sin vuelta olímpica,

 

Y qué me importan las vueltas...
lo importante es competir,
los resultados no cuentan,
¡Vamos muchachos! - no aflojen-
que por ahí en una de esas
logramos la directiva,
trabajadora y honesta,
que eleve la institución
como a sus mejores épocas,
que el que dirija también
transpire la camiseta...

 
Rogaré como argentino
por el club de Avellaneda,
porque llevo dentro el pecho,
por insignia y por bandera...
el color celeste y blanco,
"de la Gloriosa Academia".

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