domingo, 21 de octubre de 2012

La cincha (Salmo criollo: 38/39)



1
Había pensao callarme
pa evitar un desvareo
embozalando a mi boca
frente a todo lo que veo.
Pero al mirar al malvado
no pude guardar silencio;
al fin la chispa saltó
¡y había para un incendio!
Cuando me quise acordar
estaba en medio del fuego.

2
Entonces grité a Dios:
"Aclarame este misterio:
hasta cuándo he de vivir
y he de aguantar todo esto".
Hiciste corta la vida
y mis años como el viento,
sin rastro, como las aves,
porque la vida es un sueño.
Perseguimos sólo sombras
amontonando deseos.

3
¿Y qué esperanza me queda?
Sólo Vos sos mi consuelo.
Librame de mis pecados
que estoy sufriendo el desprecio.
Desde ahora he de callar
proque sé que Vos lo has hecho;
apartá de mí tus golpes
que de no, soy hombre muerto.
Tu castigo es corrección
que nos sirve de escarmiento.

4
Escuchá, Señor, mis gritos,
no despreciés mis lamentos,
no seas sordo a mi llanto
que sólo en vos me guarezco.
Como lo fueron mis padres
también yo soy forastero,
un entenao en tu casa
que vive bajo tu alero.
Aflojá un poco la cincha
que el sol ya se está poniendo.

(Foto: Eduardo Amorim)

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