domingo, 7 de octubre de 2012

El Cacique Yatel



Asando una picana de ñandú,
lo sorprendió la tarde en el Pehuén,
arriero soñador de piño y luz,
que supo ser señor en el Aikén.

Con un perro pelao y un cascabel,
un caballo cansao, viejo y cinchón.
Ahí anda guanaquiando Don Yatel,
cacique cimarrón, del Aoniken.

Cuando llega a los boliches
por un trago de ginebra.
Suele cantar un Kaani,
con fábulas y leyendas.

Y los ojos se le escapan
hacia el costao del camino,
porque ha nacido Tehuelche
y antes que nada Argentino.

Cuantos recuerdos tiene Don Yatel,
de la isla Pavón y del Cardiel.
Cuando llegaba el barco de Don Luis,
trayéndole banderas para él.

Cuando el invierno suelta su esplendor,
y se pinta la cima del Chaltén,
se me antoja la estampa de Yatel,
corriendo los ñandúes, hacia el sol.

Cuando llega a los boliches
por un trago de ginebra.
Suele cantar un Kaani,
con fábulas y leyendas.

Y los ojos se le escapan
hacia el costao del camino,
porque ha nacido Tehuelche
y antes que nada Argentino.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Genial!! que bueno que la publicaste, el sur también existe!! Abrazo.