domingo, 5 de agosto de 2012

Una invitación especial

(Foto de Higinio D. Cazón)

Hoy de mañana temprano
una esquela recibí,
el papel muy perfumado
más o menos decía así:
Perdone el atrevimiento
que tengo señor Cazón,
de ofrecerle una comida
al terminar la función.

No solo es voluntad mía
es también la de mi hermana
estará Crecencia y Juana,
Genoveva y Agustina,
María Antonia y Agripina,
Tuburcia y Doña Ramona,
son excelentes personas
buenas para la cocina.

Entre los animalitos
que hemos de sacrificar,
el toro viejo de tata
el burro de mi hermano Juan,
sólo la oveja de mama
la vamos a respetar,
hasta el lechón de mi primo
lo vamos a degollar.

Del avestruz de mi hermano
sacaremos la picana
la chancha de doña Juana
la vamos a choriciar.
Así que Higinio sabrá
que si cumple el compromiso,
cuando usted vuelva a su casa
se llevará unos chorizos.

Hay chatasca y carbonada,
locro de trigo del país,
empanadas y pasteles,
zapallo asado y chipá,
tortas fritas, mazamorra
humita y rosas de maíz,
de potro un matambre asado
y un guiso de bacaray.

Desde hace días mamita
está haciendo la provisión:
Manuela mandó la mesa,
Sinforiana el asador,
doña Ciriaca los bancos,
Rufina mandó el colchón,
yo soy la de los pasteles
para obsequiarlo a Cazón.

No deje de traerlo a Nava
el payador oriental,
nos ha prometido Ezeiza
que esta noche asistirá
invite usted a sus amigos
bien recibidos serán,
así ¡que yo los invito!
¿me quieren acompañar?

Córdoba, en Abril de 1889.-

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