miércoles, 14 de marzo de 2012

Frontera Norte

(Pintura: Gustavo Solari)


I
Sujeto el caballo
junto a la frontera...

Pensativamente
le cruzo las riendas
y entro a armar un chala
pasando la pierna
por la cabezada;
floja la osamenta...

La primer pitada
me trae una idea:

... Aquí, no se acaba
mi amor por la tierra!

Los "marcos" me dicen
que abuelo y abuela
gastaron tropillas
rastrillando leguas
por las dilatadas
llanuras abiertas...

Mozo riograndense,
-vida turbulenta,
pero al modo antiguo:
de una sola pieza-
mi abuelo a caballo
cruzó la frontera,
facón y pistola,
buscando querencia.

Hija de hacendados
de preclaras mentas,
polizón, rosario,
costurero y reja,
mirando a las lomas
le esperó mi abuela...

Y, como en los cuentos
de hadas y princesas
"hubo quince días
continuos de fiesta".

Para el casamiento
se esperó a las "yerras"
y las poderosas
familias linderas
trajeron peonadas
de vincha y melena.

Se carneó "con cuero",
se marcó la hacienda,
se domaron potros,
hubieron cuadreras,

y en el viejo y fuerte
casco "de azotea",
se bailaron shottis
y polkas... y aquellas
danzas de los tiempos
de la Independencia!

Por el guardapatio,
cruzaban secretas
pasiones los mates
-que traen y que llevan
desdenes que enfrían
y amores que queman-.

Rumbo a los galpones
sangraban endechas
heridas guitarras
bajo las estrellas...

Cuando, en el carruaje
se fue la pareja,
las duras peonadas
que en todas las gestas
revolucionarias
se hicieron leyenda,
le dieron escolta
-por lujo y soberbia-
quemando cartuchos
hasta la frontera...

II
Ya se ha dado un siglo
de vino en las cepas.
Ya no queda sombra
de abuelo y abuela,
sencillos señores
de vida serena.

Pero en estos campos,
todo el que recuerda
qué clase de sales
engorda la tierra
de las invernadas
junto a la frontera,
no entiende la industria
de criar hacienda
sin un limpio orgullo
de sangre campera.

-Mi caballo inmóvil
cual si comprendiera
piafando bajito
cambia las orejas-.

Tiendo una mirada
que contrabandea
mi alma a los pastos
donde mi ascendencia
crió más Historia
que vacas y ovejas,

y digo a los "marcos"
que la sangre nueva
mestiza fulgores
de bravas enseñas;

sangre fronteriza
que borra fronteras:

de tan orientala,
... medio brasileña.

Y digo a los "marcos",
para que otros sepan,
que éstos son los campos
de mi gente vieja;
barro de mi carne,
cal de mi osamenta,

río enamorado
que me arde en las venas
gritando a los vientos
matreros de América

que aquí,
no se acaba
mi amor por la tierra!

No hay comentarios: