martes, 6 de diciembre de 2011

El bañao de "La Yupanqui"

(Pintura: Duilio Pierri)

Nunca supe la extensión
de aquél inmenso bañao
que'staba siempre habitao
de fauna y vegetación.
Es que'n cualquier estación
a pastoreo se alquilaba,
de'sa forma se mezclaba
el cabayar y el vacuno
y hasta se supo de alguno
que orejano, ayí pastaba.

Los rústicos pastizales
de'sos paisajes variaos
se mantenían separaos
de diferentes cardales.
Las lagunas son uncales
cerca de los tembladeros
que con los mimbres costeros
del arroyo "La Cañada",
daban fe de güena'guada
en los transitaos senderos.

Un contorno desigual
con alambraos ya viejones
y en partes, muchos zanjones
al arroyo dan caudal.
Y algo que's fundamental
en el campo con ganao:
ni un montecito plantao,
solo aquel torcido sauce
-como abrevando en el cauce-
y algún talita raliao.


Pasto juerte, cortaderas
y un solo "Agar-Cross" había
y algo distante, tenía
de alambre, unas tres tranqueras;
una sola de madera
-que jué la que más se usó-
contre eya se arrinconó
una tropa pa'l aparte,
en donde mostró su "arte"
más de un paisano que arrió.

Solo había un par de lomadas
que siempre al amanecer
las dos se solían ver
muy densamente pobladas.
Sabandijas en bandadas
picaban los animales
que'n las luchas desiguales
al buscar de amontonarse,
áhi trataban de librarse
de tan incómodos males.

¡Tantas aves, qué primor!
Liebres, peludos, perdices,
vizcachas, nutrias y cuices
como adornando el verdor.
No hubo lugar mejor
que la vida me haiga dao
pa'verme representao
en mis gauchas correrías,
que hoy son las memorias mías
de lo que jue aquél bañao.
(Pintura: Rodolfo Ramos)
(30/10/05)

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