domingo, 5 de junio de 2011

Recado del sur


Recado corto y liviano
para que no sufra el pingo,
que como una cama al grino
sirve de cama al paisano;
con su encallecida mano
amoroso lo empareja,
y si alguna manta vieja
muestra el dolor de una hilacha,
¡Como si fuera muchacha
se la acaricia y la deja!

A la orilla del camino,
del rodar en el remanso,
fué la gloria de un descanso
que tras muchas leguas vino;
y si amoroso destino
puso en su noche una prenda,
en él ganó la contienda
lo mismo que en el trabajo:
¡Y si lo alcanzó algún tajo
sobre él se arrolló una venda!

Todo lo que el gaucho exija
tiene en él un asidero,
el lazo que cimbra fiero
y castiga la verija,
lucirse en una sortija
donde el aplauso se arranca,
o haciendo un copo de banca
si el amor puso su broche:
¡Para esperar a la noche
y alzarse la china en ancas!

Cuando la muerte está cerca
en él la espera tranquilo;
ya ni la daga ni el filo
recular hace a la tarea,
termina la vida puerca
sobre los bastos ya chatos,
labrados con garabatos
al roce de la encimera:
¡Que el recado para él era
"Como el charco pa'los patos"!

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