lunes, 3 de enero de 2011

Sobre asunto del amor

(Pintura: Carlos Montefusco)
Contaba el viejo Zenón,
a quien lo quería escuchar,
sus mañas pa gambetear
los golpes del corazón.
Y como hay una lección
pa todos, con su saber
yo en esto quiero poner
un poco de su esperencia,
pa que aproveche tal cencia
aquél que quiera aprender.

La mujer que no ha pasao
de las veinte primaveras,
vive pensando en sonceras
siendo un dulce codiciao.
Quien sea viejo, hágase a un lao
pa contemplar esa flor,
y no empañe su esplendor
saliéndose de su huella,
que se haya muy lejos de ella
pa que lo acerque el amor.

Cuando la felicidá
quiera el mozo enamorao,
también debe hacerse a un lao
la mujer de más edá.
Aunque ella le diga que está
enamorada y vencida,
saque el cuerpo a la embestida,
pues si la hace compañera,
se atará una carcelera
que le ha de amargar la vida.

Siempre el que miente mejor
si se entrega cabrestando,
es el que más va ganando
en los asuntos de amor.
Si lo celan, lo mejor
es hacerse el ofendido,
pues cuando lo crean vencido
le saldrá mejor la cosa.
Convencer a una celosa
pal hombre es tiempo perdido.

La mujer, la más ladina,
la más seria y retadora,
en su espíritu atesora
ternezas de chiquilina.
Antes de hincarle la espina
del desprecio o del rencor,
porque le falla en amor,
o le cortó una esperanza,
piense que nada se alcanza
tratándola con rigor.

Y decía el viejo Zenón:
"quien sepa hacerse querer,
es el que puede tener
más suerte en esta cuestión.
Antes de dar un tirón
conviene más aflojar,
pues el que dentra a jugar
deberá de comprender
que algo tiene que perder
el que pretende ganar".

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