miércoles, 12 de enero de 2011

Rumbeando



Pialao por el sobeo de mi desgracia
y sobre el duro'e boca'e la tristeza
hecho tiras el poncho'e mi esperanza
me voy solo no más, rumbo a la ausencia...

El cristal del amor ya no retrata
los dos ojos tristones de mi dueña...
En corazón desierto nadie acampa
por no ser güen lugar pa hacer querencia!...

Del montoncito'e ranchos de mis pagos
en aquel más tumbao, casi tapera,
me puso Dios en una noche triste
entre todas sus noches, la más negra...

Y en el rancho aplastao por pampereadas,
- por pamperos de angustias y de penas -
brillaron los dos ojos de una gaucha
como dos soles de una vida nueva!

Pero dos soles que pa mi desgracia,
nubes de duda, soledad y miseria,
ahogaron el fulgor que ellos prestaban
en el rancho tumbao de mi nasencia!...

Y dende entonces la cachimba'e mi alma
mas que vacida, se ha quedao reseca...
Por eso sigo taloniando a gatas
el arizco matungo'e la existencia...

El fierro'e la traición que me desangra
que se hunde en mi dolor y me envenena
me cincha por el rumbo'e la desgracia,
que es pal que sufre, única querencia!

Mientras deshacen locas pampereadas
el rinconcito gaucho'e mi vivienda,
me voy charqueando el bruto del olvido,
y de un galope ya estaré en la ausencia!

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