jueves, 16 de septiembre de 2010

En tiempo del modernismo


De "Las Delicias", temprano,
después de haber churrasqueao;
salimos con el mandao
como todo buen paisano.
El hombre por ser baqueano
lleva todo en el recao,
a más un poncho encerao
por si cae una garuga,
ya estaba Pío Tazúa
listo y firme a lo soldao.

Piola Pintos: capataz,
ya dio las indicaciones;
tomamos las posiciones
alvertidos por demás.
-"De adelante y por detrás
que no se quede ninguno",
el Toti ensilló un lobuno,
un pingo de maravillas;
por delante la tropilla
con cuatrocientos vacunos.

Nunca falta en estos casos
algún toro empacador,
Carulo enseñó el rigor
meta talero y pechazo.
Mariano le puso el lazo
y ahi terminó la contienda,
miró buscando la hacienda,
entendió y salió apurao:
que ande hay un toro empacau
hay gaucho pa que lo atiendan.

Pasamos San Juan de Quino,
dejamo'atrás "La Costosa",
como quien quiere la cosa
ya habíamos cortao camino.
Nuestro próximo destino
era el puesto de Rolón,
quedaba un trecho cortón;
Carlitos aseguraba,
y al rato, al sonar la aldaba,
caimos a la oración.

Al otro día en Girivone,
cruzamos otros arrieros;
y entre saludos camperos
me presenté: "soy Picone"...
-"Si le he escuchao sus canciones
y sus lindos bordoneos,
perdone si curioseo:
¿de quién son esas que trae?"
-"Marca de Roque Tolay,
le dije, y van pa'l breceo.

Y ansí terminó la cosa,
por fin pudimos llegar,
la hacienda está en su lugar
y siento que me retosa.
En la pampa silenciosa
del pecho mi corazón,
y en cada palpitación
yo pensaba pa mi mismo:
en tiempo del modernismo
sigue habiendo tradición.

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