martes, 20 de octubre de 2009

Mi rebenque platiao


Tuve un rebenque machazo
hecho de papada pura,
que aunque fiero de figura
era un rebenque lindazo.
Pa pegar un güen chirlazo
otro mejor no he encontrao,
lo tuve por descontao
en el tiempo que lo usaba,
ni el diablo se me arrimaba
con mi rebenque platiao.

Tenía una argolla machaza
de pura plata, eso sí,
y un corredor guaraní
hecho con toda cachaza.
Que aunque fierazo de traza
era un trabajo acabao,
y de cuero bien sobao
era su larga azotera;
¡ah, Cristo, si lo tuviera
a mi rebenque platiao!

Hasta pa hacer el amor
me sirvió de buena ayuda,
cuántas veces en la duda
supo ser buen mediador.
Del boliche al mostrador
cuántas veces he golpiao
y el pulpero retobao
me miraba con malicia
de miedo de la caricia
de mi rebenque platiao.

A veces en el rodeo
si un toro se me cortaba
y el campo pronto ganaba
a disparar a lo feo,
y era mi mayor deseo,
al que era toro empacao
dejarle el lomo cribao
y a veces hecho pedazos
a juerza de rebencazos
con mi rebenque platiao.

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