miércoles, 22 de julio de 2009

Brazas adentro



Nomás por esa cuestión
de prodigarse en un ruego
me encomendé frente al fuego
confidente del fogón,
y en su mágica atracción
rastrea mi alma el halago
cuando en el beso de un trago
ande el tristor se guarece
tu imagen se me aparece,
vieja casa de mi pago.

Largo frente que ha blanqueao
sus ladrillos sin revoque
y en acostumbrado toque
el año quedó estampao,
rejas con nudo emplomao
era el verde callejón
entreabriendo el postigón
pa'fugar una mirada
que furtiva cabresteaba
razones del corazón.

Aldaba 'e bronce que brilla
anunciando a los que van
una guarda en el zaguán
con remates de olambrilla,
la campana 'e la capilla
que menos diez ha sonao
patio 'e ladrillo obligao
entre historias se aparecen
cuando en glicinas florecen
los recuerdos del pasao.

Hay un cuartito a un costao
con marlo pa'la cocina
y ahí nomás donde termina
un galpón se le ha arrimao,
de rosa juerte pintao
por esa costumbre vieja
que también dejó una reja
por encima del altillo
pa' que'ntre el canto del grillo
cuando la tarde se aleja.

Un molino que rechina,
el canto del tero tero
y en el fondo del potrero
cuando la tarde se inclina
un cerco de cinacina
que pa'saciar su embelezo,
tiñe de sangre el regreso
con sus espinas hirientes,
al sol que allá en el poniente
se agachó pa'darle un beso.

Tal vez mi sueño 'e fogón
venga astillando ilusiones
y al atizar sus razones
en humo se haga canción,
cual notas del diapasón
que el tiempo ha ido encerrando
y al aire se van fugando
pa'desandar el camino
como resuello 'e destino
para seguir galopeando.

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