martes, 5 de mayo de 2009

Llenar de coplas el campo.



Se me hace que hasta en las venas
llevo la sangre cantando.
No hay oficio como el mío:
llenar de coplas el campo.
................................
"Quién me ha enseñao?", me preguntan,
y yo me quedo pensando,
si nunca tuve maestro
¡vaya a saber porqué canto!.
Será porque el viejo arroyo
me da su murmuyo al paso,
o de oir a los zorzales
que se amanecen chiflando.

Se me ocurre que hasta el viento,
cansao de andar matreriando,
se hace música en los talas
pa que yo aprienda a imitarlo...
De no, será la laguna
que en las tardes de verano
me lleva hasta las orillas
con un guitarrear de pájaros.

O la quietud de la noche
que deja dentra al rancho
la serenata de un grillo
escondido entre los pastos.
Por eso llevo en el pico
siempre prendido algún canto
sin saber de adonde vino
pa ande fue, ni quien lo trajo.
.........................
Se me hace que hasta en las venas
llevo la sangre cantando.

No hay oficio como el mío:
llenar de coplas el campo.

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