martes, 3 de marzo de 2009

Sin güelta



No hay juerza pa’ contener
al progreso que atropella,
pa’ abrir una nueva güelta
sobre la güeya de ayer.
El hombre sigue a mi ver
un camino equivocao,
el invento lo ha arruinao,
pues la máquina ande quiera
deja mucha gente ajuera
del puesto que hubo ocupao.

Aura la humilde gauchita
que jué siempre linda y pura,
muestra al usar la pintura
su afán de ser más bonita.
No sabe la pobrecita
que así mata su frescor,
que no aumenta su valor
el color artificial,
y que por ser natural
es más perfecta una flor.

La música que dejaron
los maistros que ya se jueron,
cuando los nuevos quisieron
arreglarla, la estropearon.
Y tanto la disfrazaron,
que un gato es una ranchera,
un tango, una chacarera,
se hace un vals del pericón,
y hasta en el rancho ‘e terrón
bailan música extranjera.

Más de un crioyo aura es linyera,
y trepando a los vagones
recorre las poblaciones
de un modo que desespera.
Pide en forma lastimera
las sobras para comer,
y no quiere comprender
que pa’ él eso es ofensa,
que "lo último es la vergüenza
que el hombre debe perder.”

Sepa el que quiera escuchar
la verdá que el verso encierra:
nuestra patria tiene tierra
de sobra pa’ trabajar,
que el que busque puede hallar
un rincón pa’ hacer su nido;
antes de andar afligido
no olvide que el güen varón
sin rumbo, sin dirección,
cái muerto antes que vencido.

Ya que el pobre en la ciudá
vive como encandilao
por la miseria maniao,
sin plata ni voluntá,
haga su felicidá
en el lejano rincón,
ande no hay tanta ambición
que a las bondades rebaja,
y ande gana el que trabaja
tranquilidá y mantención.

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