lunes, 21 de julio de 2008

Pa' que la pise el ganado.

Yo tenía doce años
cuando a esa estancia llegamos,
junto a mi madre y "cachilo"...
"Cachilo", mi perro galgo.
Como nos mandó un pariente
y muy bien recomendados,
el patrón nos dio el empleo
ni bien las cuentas cerramos.
A mi mama en la cocina
como lavando y fregando,
y a mí, a mí como un boyerito,
como un peoncito de campo.
Y allá lejos de las casas
nos habían dado un rancho
pa descabezar un sueño,
si durante todo el día
la pasamos trabajando.

A mi mama la veía
solo en horas de descanso,
porque el patrón era un gringo
que para nada era blando,
y no le gustaba mucho
ver a un peón araganeando.
El jornal, una miseria
pero al fin nos arreglamos.
¡Ay! mi mama trabajaba
en la cocina y el rancho:
quería que todo brille
..."porque lo limpio es muy sano".
Y yo seguía con lo otro,
con las cuestiones del campo.
Y así fue de esa rutina
por casi unos treinta años.
Una vuelta por casorio
por poco casi me embarco
pero le pensé muy bien:
"la mama sola en el rancho
y eso no podía ser"...
La vejez le había dentrao
y en su cara las arrugas,
el tiempo le había marcado.
La pionada al cruzarla
en la cocina o el campo,
besaban sus santas manos
porque el cariño de todos
la vieja se había ganado.
Y si un peón caía enfermo
ahí estaba ella a su lado,
con sus yuyos y remedios
y ese rosario tan blanco.
A los hijos del patrón
se los crió como propios,
derechos como una tabla
salieron los dos mocosos.
Hasta la llamaban "mama"
con eso, con eso les digo todo.

............................................
Una vuelta en el boliche
me crucé con un mamado.
No recuerdo la zoncera
pero se vino de lado
solo para fastidiarme
si yo me hallaba sentado
y por negarle al sotreta
que bebiera de mi vaso,
me insultó a mi santa madre
y ahí nomás sin preguntarle
le pegué tantos planazos
que su lomo parecía,
un churrasco mal asado.
Y justo en ese momento
cuando ya iba a ensartarlo,
sentí su voz que decía:
"Hijito querido... pensalo".
..............................
Todos los días temprano
cuando el sol iba asomando
yo me acercaba a su catre
y con un beso en la frente
la despertaba callado
con un amargo caliente:
"Vamos, mama, que ya es hora
tenemos que ir pa'l trabajo".
Y ella igual se levantaba
sin pretextos ni cansancio
y pa'l casco de la estancia
sus pasos iban rumbeando.
Yo quería que la pobre
ya se tomara un descanso,
una vida de amarguras
de miserias y trabajos...
Pero el patrón no quería,
ya se había acostumbrado,
a la decencia y coraje
que brotaban de sus manos.
Un día de primavera,
casi empezando el verano
la mama amaneció mal:
tenía sus ojos hinchados.
Un dolor en su garganta,
su pecho se había cerrado:
-"esto es una cosa seria"
dijo el doctor del poblado.
Y fue la primera vez
que ambos faltamo' al trabajo.
Yo me quedé pa cuidarla,
pa tenerla entre mis brazos
acariciar sus cabellos
de seda y de color blanco...
Mandé calentar la pava
pa'tomarme unos amargos
y ella se quedó en su catre,
tapadita con un manto.

-"Mire, mama, aquí le traigo un amargo.
Endierécese mi vieja
que así no podrá tomarlo.
¡Vamos mama, haga un esfuerzo
y siéntese aquí a mi lado...
¡Vamos mama...vamos vieja!,
¿Mama...? ¿Mama que le anda pasando?
No me haga esto viejita...
Le apreté juerte sus manos
y ya me quedé en un llanto.
Al ver que no se movía
que sus ojos se cerraban:
¡Mama...Mamaaaaa, vieja querida, te amo!!!
Y jue tan fuerte ese grito
que el patrón llegó hasta el rancho,
puso su mano en mi hombro
me dijo... me dijo: ¡juerza muchacho!,
tu mama no está dormida,
se ha ido para otros lados.

Se jué como se van todos
los que el Señor ha llamado
no lo podía creer!...
no me aparté de su lado
y se me vino a la mente,
lo que me había confiado
en el día de su muerte:

"Entiérrenme en campo verde
donde me pise el ganado".
Quería estar cerca e la tierra
pa tocarla con sus manos...
El patrón... el patrón me dio permiso
y juntos la sepultamos.

Al lado de un ceibo florido
y de un jazmín trasnochao,
pi nté unas piedras de blanco
y se las puse de lado
y atada a un juerte tiento
hice una coruja e quebracho:
"Aquí descansa una santa,
bajo este suelo sagrado,
aquí descansa mi mama
pa' que la pise el ganado"!!!

6 comentarios:

MeluDiez dijo...

felicito x un blog sin desperdicio, y en especial x semejantes versos ("pa' q la pise el ganado") q me emocionaron hasta sentir la vista nublada y el corazon apretujado. llegue a su blog x un link en el boletin informativo de su hermano. agradezco a ambos x sendos aportes! GRI (gran BS AS sur)

María Guebara dijo...

Busque mucho tiempo estos hermosos versos, apelando a la memoria de mi abuelo, que no podia darse cuenta de cuáles eran los versos a los que yo me referia y que decia haber escuchado alguna vez de chica. Aquí los encontré, gracias por hacerme revivir este bellísimo poema criollo. Excelente blog! Saludos

HERNAN PICCATO dijo...

MUY BUENOS LOS POEMAS, ME GUSTARÍA PUBLICAR ALGUNOS QUE TODAVÍA NADIE LOS PUSO, ME PUEDEN DECIR COMO HAGO????

gauchoguacho dijo...

Hola Hernán!
Tarde pero seguro te contesto. (Anduve medio perdido).Estaré muy agradecido si me mandás los poemas que tenés. Los publicaré haciendo referencia a tu colaboración. Desde ya muchas gracias.
"No es pa mal de ninguno,
sino para bien de todos".
un abrazo
Luis (labrava@ciudad.com.ar)

The Loco Style dijo...

Que hermosura ese poema. Yo que soy pintora puedo ver esas personas enmuchas que he conocido. Un saludo desde Msatheu, Escobar.

Anónimo dijo...

El Pampa Oberá, el mas grande entre los grandes.