domingo, 22 de junio de 2008

La leyenda del mojón.


Llovía torrencialmente
Y en la estancia del Mojón
Como adorando al fogón
Estaba tuita la gente.
Dijo un viejo de repente:
"Les voy a contar un cuento
Aura que el agua y el viento
Train a la memoria mía...
Cosas que naide sabía
Y que yo diré al momento.


"Tal vez tenga que luchar
Con mas de un inconveniente
Pa que resista la mente
El cuento sin lagrimear,
Pero Dios que supo dar
Paciencia a mi corazón
Tal vez venga en esta ocasión
A alumbrar con su reflejo
El alma de un gaucho viejo
Que ya lo espera el cajón.

"No se asusten si mi cuento
Les recuerda en este día
Algo que ya no podía...
ocultar mi sentimiento.
Vuelquen todos un momento
La memoria en el pasao
Que allí verán retratao
Con tuitos sus pormenores
Una tragedia de amores
Que el silencio ha sepultao.

"Hay cosas que yo no puedo
Detallar como es debido,
Unas, porque se han perdido
Y otras, porque tengo miedo...
Pero ya que en el enriedo
Les metí, pido atención,
Que si la imaginación
Me ayuda en este momento
Conocerán por mi cuento
"La leyenda del Mojón".

"Alcáncenme un amargo
Pa que suavice mi pecho,
Que voy a dentrar derecho
Al asunto, porque es largo;
Haré juerza sin embargo,
Pa llegar hasta el final,
Y, si atiende cada cual
Con espíritu sereno,
Verán como un hombre güeno
Llegó a hacerse criminal.

"Setenta años, ¡quien diría!
Que vivo aquí en estos pagos
Sin conocer más halagos
Que la gran tristeza mia.
Setenta años no es un día,
Pueden tenerlo por cierto,
Pues si mis dichas han muerto
Aura tengo la virtud
De ser pa esta juventud
Lo mesmo que un libro abierto".

Iban a golpear las manos
Por lo que el viejo decía,
Pero una lagrima fría
Los detuvo a los paisanos.
"Hay sentimientos humanos,
-Dijo el viejo conmovido
-Que los años con su ruido
No borran de la memoria,
Y este cuento es una historia
Que pa mi no tiene olvido.

"Allá en mis años de mozo,
Y perdonen la distancia,
Sucedió que en esa estancia
Hubo un crimen misterioso.
En un alazán precioso
Llegó aquí un desconocido,
Mozo lindo, muy cumplido,
Que al hablar con el patrón
Quedó en la estancia de pión
Siendo dispués muy querido.

"Al poco tiempo nomás,
El amor lo picotió
Y el mocito se casó
Con la hija del capataz.
Todo marchaba al compás
De la dicha y el amor
Y pa grandeza mayor
Dios les mandó con cariño
Un blanco y hermoso niño
Mas bonito que una flor.

"Iban pasando los años
Muy felices en su choza,
Ella alegre y guena moza,
Él juerte y sin desengaños.
Pero, misterios extraños,
Llegaron... y la traición
Deshizo del mocetón
Sus mas queridos anhelos
Y el fantasma de los celos
Se clavó en su corazón.

"Aguantó el hombre callao
Hasta dar con la evidencia
Y un día fingió una ausencia
Que jamás había pensao.
Dijo que tenía un ganao
Que llevar pa la Tablada.
Que era una guena bolada
Pa ganarse algunos pesos
Y así entre risas y besos
Se despidió de su amada.

"A la una de la mañana
Del otro día justamente,
Llegó el hombre derepente
Convertido en fiera humana;
De un golpe hechó la ventana
Contra el suelo en mil pedazos
Y avanzando a grandes pasos,
Ciego de rabia y dolor,
Viendo que su único amor
Descansaba en otros brazos.

"Como un sordo movimiento
en seguida se sintió,
después un cuerpo cayó
y otro cuerpo en el momento.
Ni un quejido, ni un lamento
Salió de la habitación.
Y pa concluir su misión
Cuando los vió dijuntos,
Los enterró a los dos juntos
Donde hoy está ese mojón.

"En la estancia se sabía
Que la ingrata lo engañaba
Pero a él nadie le contaba
La disgracia en que vivía.
Por eso la polecía
No hizo caso mayormente,
Pues dijeron: "La inocente
Se jue con su gavilán..."
Y en cambio los dos están
Descansando eternamente".

- ¡Ahi juna! - grito un paisano
-Si es así lo que habla el viejo
Ese era un macho, ¡canejo!
¡Yo le besaría la mano!...
-¡Yo soy! - le grito el anciano
-,¡Venga, m´hijo, besamé!...
Yo jui m´hijo el que maté
A tu madre disgraciada
Porque en la cama abrazada
Con otro hombre la encontré.

- Hizo bien tata querido
- Gritó el hijo sin encono
-,Venga, viejo, lo perdono
Por lo tanto que ha sufrido;
Pero aura, tata , le pido
Que no la maldiga más,
Que si jue mala y audaz
Por mi perdónela, padre,
Que una madre, siempre es madre,
Déjela que duerma en paz!...

Los dos hombres se abrazaron
Como nunca lo habían hecho,
Juntando pecho con pecho
Como dos niños lloraron,
Padre e hijo se besaron
Pero con tal sentimiento,
Que el humano pensamiento
No puede pintar ahora
La escena conmovedora
De aquel trágico momento.

Los ojos de aquella gente
Con el llanto se inundaron
Y todos mudos se quedaron
Bajo un silencio imponente,
Volvió a decir, nuevamente,
Allí están en el mojón
Y poniendo el corazón
El anciano en lo que dijo,
Le pidió perdón al hijo...
Y el hijo le dio perdón.


Pd: Juan Pedro López, seudónimos "Pata brava" y "El león", nació en Echevarría (Canelones) en 1885 y falleció en Montevideo, en La Unión, en 1945.



1 comentario:

diacinha@gmail.com dijo...

Qué letra maravillosa!! Hace años que quería escucharla, como supe hacerlo de niña en los pagos del Olimar. Muchísimas gracias, por publicarla!!