viernes, 27 de junio de 2008

La boina'e vasco

(Foto: Luis Pedro Hardoy)

En pocas palabras quiero
contarles como al descuido
algo que está en el olvido
de muchos versos camperos,
opino que es lo primero
que un hombre va a acariciar
cuando se dentra a pasar
la mano por la cabeza,
le da una tibia pureza
“la boina ‘e vasco” al rozar.

Con el tambero ella espera
madrugadas de rocío,
se calienta en el vacío
de alguna vaca lechera,
pa’ largar una carrera
como bandera se usó
y si algún criollo encontró
huevos de tero fresquitos
en la boina y al tranquito
pa’l rancho se los llevó.

Porque es prenda muy barata
se acomoda donde quiera
y la usas de agarradera
cuando hirve la pava ‘e lata;
su presencia es siempre grata,
no molesta en ningún lau
y hasta en el mismo poblau
la veo lucirse orgullosa
sobre el pelo de una moza
o algún viejito acriollau.

La boina no se acompleja
por la forma que le diera,
si hay sol le encajás visera,
si hay viento, hasta las orejas;
ella comparte tus quejas,
sufre con tus desconsuelos,
por áhi la tirás al suelo
descargando un malestar
y a veces pa’ festejar
feliz, la tirás pa’l cielo.

La “conserva” es colorada
y blanca la “radical”,
la negra es primordial
que a todo criollo le agrada;
pienso que nadie ni nada
puede olvidar tu pasao
y hoy contento he comprobau
con alegría y anhelo
que una gris con mucho vuelo
se está ganando al mercau.

Si le prestás atención
a su vida cotidiana
verás que la boina hermana
nuestra gaucha tradición;
se encuentra en cualquier reunión,
le calma el nervio al cristiano
cuando a veces el paisano
le habla de amor a una china
buscando palabra fina
la hace jugar en sus manos.

Si un día queda en la huella
y ya no puedas usarla
la que venga a reemplazarla
va a ser eficaz como ella;
los años no le hacen mella
pero le abrirán la herida,
si le das la despedida
sin tenerle compasión,
tirándola en un rincón
por vieja y por desteñida.

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